El espacio estaba compuesto por telas dispuestas aleatoriamente, intentando evitar las formas lineales. La misma composición dejaba entrever espacios extraños, que no iban a ninguna parte. Esto invitaba al espectador a explorar e indagar por el espacio.
Las telas estaban tintadas con especias que aportaban el olor, el color y la textura que queriamos transmitir. Esto acercaba al espectador a tener una determinada experiéncia sensorial.
Para esbozar el espacio físico, entenderlo y adentrarse en él, realizamos un audiovisual donde aparecían imágenes estáticas y en movimiento alternadas con un ritmo composi- tivo. Estaban proyectadas sobre las telas que al estar en el exterior, tenían un movimiento que unía la experiéncia sensorial con la visual.
En un primer momento se pensó el espacio con una proyección frontal, aunque, a la hora del montaje se redistribuyó el espacio y se añadió un proyector más.